Una Estrategia para los datos

La Comunicación de la Comisión europea sobre una hoja de ruta para los próximos cinco años en materia de datos,  constituye un nuevo hito en la transfromacion de la economía europea, cuyo origen fue la creación de la Agenda digital para Europa en un ya lejano mayo de 2010.  Con una limitación presupuestaria, no solo derivada de la salida de Reino Unido, sino de otras prioridades, la Union cuenta con un presupuesto en el desarrollo de la estrategia para la economía de datos que ronda el 1 por ciento del PIB europeo frente al 21 por ciento en Estados Unidos. Pese a esta limitación, la Union presenta claras singularidades en relación a sus grandes competidores económicos: Usa y China. En primer lugar la existencia de un espacio altamente regulado para los datos personales (R (UE) 2016/679) que marca la diferencia con otras zonas geográficas. En segundo lugar,  la importancia que para la Union Europea presentan las Administraciones Públicas nacionales, agentes esenciales en la nueva estrategia, desde sus propias políticas y en la interacción gubernamental con los agentes privados (G2B y B2G) . Finalmente, la esencialidad  de la búsqueda del desarrollo de las MPYMEs, y start-ups frente a los gigantes tecnológicos en la creación de un autentico mercado de datos autorregulado en su gran parte, tras el R. (UE) 2018/1807 ya en aplicación,  que establece un marco para los datos no personales.

La estrategia que se presenta, pone en valor la tecnología disruptiva, especialmente en relación a la Inteligencia artificial. Ésta,  concebida como una auténtica tecnología social, mas allá del e-learning,  basada en el conocimiento y diseño del algoritmo relevante, alcanza hoy en dia ya todos los aspectos de la realidad social y económica.

Basada en la nueva economía de datos, la interoperabilidad y el acceso a éstos es la clave del  crecimiento y la competitivad de las empresas europeas sobre la base de las nuevas infraestructuras,  5G e Internet de las cosas, que moverán un volumen de datos mundial estimado en 2025, de 175 zetabytes (desde 33 zb en 2018). Sectorialmente, se señalan áreas como la agricultura, automoción y movilidad, robótica industrial o para el hogar; manufacturas o sanidad, energía y telecomunicaciones,  como sectores especialmente estratégicos.

Sin embargo,  pese a la necesidad de obtener reglas aceptadas, aun autoreguladas, la perspectiva jurídica de la Europa de los datos no está definida.

La estrategia publicada solo permite atisbar algún apunte, que exigirá una acción transversal de las Instituciones.  Así,  en relación a las medidas para el acceso y uso de datos.  La evolución de las materias cubiertas por el GDPR, encuentran una difícil barrera en relación a las bases de datos no cubiertas por la Directiva de datos abiertos (especialmente relevante en el área de la salud).

Una segunda área es la relativa a la regulación de las aplicaciones de las tecnologías digitales descentralizadas (como Blockchain) en sus aplicaciones en Smart contracts y tokenización de activos , no regulados,  además de las criptomonedas. Los servicios financieros (proveedores de servicios de pagos y operadores de financiación de consumo) abren una nueva línea de trabajo legislativo.

La creación de espacios de datos singulares( industrial, verde, vehículos, salud, finanzas, energisa, agricultura) exigirá legislación sectorial especifica.

Sin embargo, es evidente la dificultad de poner puertas al campo, en una actividad desregularizada e internacional, mas alla de nuestras fronteras europeas, sin foros internacionales efectivos,  en que el flujo de datos se encuentra claramente dominado por grandes empresas americanas (Facebook, Amazon, Google, Microsoft, IBM) que exigirá una mayor influencia internacional de Europa,  en foros multilaterales no acomodados.

Los derechos fundamentales están en juego, pero como recientemente señaló  Zuckerberg, hay que aceptar regulación nacional o internacional al menos  en cuatro grandes áreas especialmente sensibles: las elecciones legislativas nacionales; la emigración y flujos poblacionales;  la privacidad y la portabilidad de los datos.

Entre las figuras claves autoregulatorias, la Union europea plantea la creación de Autoridades independientes, en la interlocución de la Administración con el sector privado y un nuevo desarrollo de los mecanismos alternativos de resolución de conflictos, en los que habrán de diseñarse funciones específicas para terceros de confianza.

La red europea notarial en cada pequeña localidad de Europa, bajo una marca reconocible común basada en la seguridad jurídica, sin duda debería estar a disposición de las Instituciones europeas,  a fin de colaborar en generar la confianza de los ciudadanos en esta nueva etapa desregularizada.

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener    Más información
Privacidad